El Palacio de las oportunidades 25 - ¿Quién está juzgando?
Hola a todos y todas,
Me encanta el espíritu de esta lista.
Recientemente fui desafiado con un mensaje de respuesta en relación a mi “posición” sobre los “mensajes sexuales” contenidos en mi historia sobre la abuela Effie y el tío Charlie. (Palacio # 23). Esto es particularmente interesante, porque los “mensajes sexuales” fueron totalmente sin intención y, para mí, una parte muy pequeña del artículo. Sin embargo, alborotaron a algunos como una gran cosa. Mientras que muchos miembros apreciaron los puntos tratados más importantes (gracias, gracias) otros me pusieron desafíos en el camino. Me encantan los desafíos. Así es como aprendemos. Nos hacen pensar. He aquí uno de los desafíos. Fue escrito por “Millie”
Querido Gary; lo siento por diferir; pero creo que la abuela Effie fue encantadora y tenía un fin. El tío Charlie parece un estereotipo narcisista, superficial y comentario. Luego de vivir como las mujeres que describes, por un tiempo, volví a las formas de la abuela Effie. Y el sexo, una vez más, se convirtió en un especial, si no en un momento sagrado entre dos personas comprometidas. Ella tenía un punto y tú tienes suerte de haberlo escuchado.
Con un gracias a Millie y a todas las otras Millies que respondieron, deseo explorar este desafió y revelar en él una de mis mas grandes lecciones respecto al Palacio de Posibilidades. De manera interesante, esa lección, no tiene nada que ver con sexo.
Por favor recuerden que entre los temas coherentes en el Palacio, constantemente estamos consultando las escrituras en las paredes. Esa escritura es nuestra versión de la “verdad” acerca de cómo funciona el mundo. Es el filtro, a través del cual evaluamos todo lo que vemos, escuchamos, sentimos, etc. Esto va por lo que leemos también.
En vista de que nunca 2 personas tienen la misma escritura en sus paredes, no es de extrañar que surjan opiniones diferentes. Es bien sabido, por ejemplo, que 2 personas que presencian el mismo accidente, darán cuenta substancialmente diferente, de lo que sucedió AUNQUE LOS HECHOS EN SI SEAN IDENTICOS PARA CADA PERSONA.
Yo solía juzgar a otras personas que tenían opiniones y conductas diferentes a las mías. Todavía lo hago, pero estoy mejorando en reconocer que lo que estoy juzgando no es la persona. Más bien, ESTOY JUZGANDO SUS ESCRITURAS EN LA PARED. No es la persona en absoluto. Mas bien, es el único juego de creencias, que ellos llevan consigo, la mayoría de lo cual haría un gran libreto para una comedia de Broadway. Aun de mayor importancia, ni siquiera soy yo el que esta haciendo el juicio. Son las escrituras en mis paredes (otra comedia) que está juzgando la comedia en las paredes de otra persona. Dos personas en desacuerdo parecen estar en desacuerdo la una con la otra. Pero no es así. El desacuerdo es un choque entre las diferentes “cosas” que cada uno acumuló a lo largo de los años y que sostienen como la “verdad”. Esto es la lección que mencioné anteriormente. Una vez digerida, es muy transformadora. Muy liberadora.
Para mí, esa revelación es simple y a la vez sorprendente. Es simple porque es obvia. Todos llevamos con nosotros cantidades de creencias, que fueron escritas en nuestras paredes por nuestros padres, maestros, compañeros, líderes religiosos, televisión, radio, libros, etc. Estas creencias son importantes para nosotros, porque las utilizamos para darle sentido a nuestro mundo. Son los pulgares que chupamos, nuestras – mantitas - y a menudo las defendemos con vigor y atrocidad. Esto es cierto, aunque la mayoría de estas creencias no son realmente nuestras. Fueron simplemente escritas en nuestras paredes por otros y nosotros las trajimos. Hemos estado ondeando sus banderas desde entonces.
La revelación es sorprendente porque en ella hay un paso mayor hacia la liberación emocional. El comportamiento de otros está influenciado directamente por las comedias escritas en sus paredes y nuestras reacciones a ellas frecuentemente tienen un reflejo de nuestras propias comedias. Cuando nos damos cuenta de eso, nuestra carga emocional se aligera y nos podemos recostar y suspirar divertidamente.
Me tomó un largo tiempo llegar a ese lugar y tengo que admitir que todavía no estoy del todo ahí. Pero cuando me puedo recostar y disfrutar de la comedia (sobre todo de mi contribución a ella), mi propio sentido de paz espiritual se ve ampliado grandemente. No es una persona determinada que tira de mi yo-yo. Es lo que está escrito en sus paredes. Qué alivio reconocer que el único “desacuerdo” que tenemos es entre dos novelas de ficción, cada una de las cuales fue escrita por miles de autores independientes la mayoría de los cuales ni siquiera se conocen y ninguno de los cuales está al tanto de la trama global. Se admiten risas, no juicios.
Ahora de vuelta a Millie, la abuela Effie y el tío Charlie. Cuando leí por primera vez las observaciones de Millie, las escrituras en la pared decían algo como…
“¡Anda!, consíguete una vida”. El punto sobre el cual yo quería llamar la atención, no tenia nada que ver con que la abuela Effie fuera encantadora o que el tío Charlie fuera superficial. Se trataba de la REPETICION de roles y el juego de las EMOCIONES al establecer nuestras creencias”.
Por lo tanto, inmediatamente juzgué a Millie. Por el momento pensé que era la inadecuada, desacertada, defectuosa Millie que no podía ver lo obvio (la “verdad” como era descrita en mi historia). Eso era solo la escritura en mis paredes hablándome, por supuesto. Era el bla, bla, bla de mi ego. La abuela Effie estaba en un extremo en actitud sexual y el tío Charlie estaba en el otro. Pero ambos eran actores secundarios en una historia mucho mas grande sobre como otros ponen sus escrituras en las paredes. ¿Cómo, pensé yo, podría Millie verlo de otra forma? Además, No sé cómo pudo Millie decir con exactitud que ella “había vuelto a las formas de la abuela Effie, puesto que la vida sexual de la abuela Effie era inexistente. Además, la abuela Effie no era encantadora. Era una señora muy amargada y enferma mental, que pensaba que el sexo era sucio. Por otro lado, el tío Charlie era uno de los hombres mas cálidos y fáciles de llevar, que cualquiera quisiera conocer.
Sin embargo, Millie viene de un lugar que es importante para ella, y es totalmente inadecuado para mí juzgar su respuesta, sin mencionar que es inexacto. Yo no sé qué ha sido escrito en sus paredes sexuales. Yo no sé qué tipo de experiencias sexuales, entrenamientos o traumas ella pueda haber tenido (ella no conoce las mías, las de la abuela Effie o las del tío Charlie). Hay mucho que yo no sé y el formar un juicio exacto por parte de cualquiera de los dos sería una locura. No es solo un no-no espiritual, es simplemente imposible.
Por lo tanto, después de mi juicio inicial, solté un suspiro divertido (dirigido a mi propia respuesta) y me recliné a escribir esto. Fue fácil de hacer después de reconocer que lo único que sucedía en el mensaje de Millie era que las escrituras en sus paredes estaban juzgando las escrituras en las mías. No era personal. Solo lo parecía. La escritura en sus paredes no es más calificada para juzgar la escritura en la mía, de lo que la escritura en mis paredes lo es para juzgar la de ella. Está bien que ambos nos alteremos por este “desacuerdo” pero, si lo hacemos, la experiencia es nuestra y solo nuestra.
El sexo es un asunto cargado emocionalmente. Es importante para nosotros y la gente se las arregla para dotar esta maravillosa experiencia, con todo desde el placer del libre albedrío hasta culpa y vergüenza. Las abuelas Effie y los tíos Charlie del mundo representan los extremos. Ambas actitudes están escritas en las paredes de casi todo el mundo, junto con todo lo intermedio. La versión que bailamos es el resultado de nuestras propias experiencias y “realidades.” Ninguna versión es correcta o incorrecta a menos que insistamos en que sea así. Millie plantea que el sexo es “un momento especial, si no sagrado entre 2 personas comprometidas.” Esa es la forma en que ella (y muchos otros) lo experimentan. No es la forma correcta o la forma incorrecta. Para otros, el sexo es una risa biológica de primera clase, y nada más. Ambas posiciones y todo lo intermedio, están influenciadas por las escrituras en las paredes de uno.
Nuestros pensamientos habituales se convierten en nuestras realidades.
Abrazos, Gary.
PD. Hay algunas verdades, por supuesto, que son tan universalmente obvias, que trascienden las escrituras en nuestras paredes. Aquellos que no aman a Elvis, por ejemplo, son realmente defectuosos ;-)
Traducido por Elisa García Gómez
"":http://www.eftuniverse.com/palace/palaceof10.htm#25
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