Uso de la psicología energética (PE) para proporcionar Auxilio en Desastres
Parte 3
David Feinstein, Ph.D.
El uso de la PE que hace Smith es consistente con la forma en que otros terapeutas la aplican dentro de los primeros días o semanas inmediatos al trauma. Mientras que la investigación agresiva o técnicas de descubrimiento invasivo son técnicas que no son usadas generalmente por los terapeutas de la PE inmediatas al desastre, la PE es a menudo aplicada a recuerdos y pensamientos que el cliente ya está expresando o que ya está cavilando activamente. En lugar de utilizar un protocolo de PE completo, las técnicas de tapping que son más efectivas para reducir la excitación son enseñadas sobre una base de primeros auxilios psicológicos (primer nivel - Auxilio/Estabilización inmediata, p. 2)
Estas técnicas pueden ser introducidas en una forma simple y rutinaria. Young (2006, p. 143) proporciona un método de 30 segundos para la introducción a la respiración diafragmática, con delicadeza, usando palabras como: “Todos se sienten abrumados ahora, que tal si tomamos algunas respiraciones profundas y lentas” [acompañado de una demostración de respiración diafragmática]. Esto podría ser acompañado mediante sugestión, “Agreguemos a esto ahora un poco de tapping en los puntos de liberación de stress. Solo haz em>tapping donde yo hago em>tapping.” (primer nivel - Auxilio/Estabilización inmediata, p. 2). Imagenes intrusivas, recuerdos previos activados por el trauma, y el efecto producido por las distorsiones cognitivas pueden ser el enfoque mientras los puntos que reducen la excitación reciben tapping (segundo nivel - Extinción de respuestas condicionadas, p.3).
Sigue siendo valido, por supuesto, que haya preocupación sobre la retraumatización de un sobreviviente de un desastre que está empezando a estabilizarse, acerca de socavar las estrategias naturales de afrontamiento, y acerca de inducir a la persona al proceso de trauma prematuramente cuando un periodo de negación permitiría a la persona descansar y reagruparse. Como con cualquier otra intervención de salud mental, el juicio clínico sensible y la conciencia del conocido resultado contraintuitivo de las respuestas tempranas bien intencionadas son ingredientes críticos de una intervención efectiva.
La demostración de como la auto-estimulación de los acupuntos que reduce la excitación proporciona una sencilla herramienta para el auto-manejo emocional que, de acuerdo con los reportes de los terapeutas de PE, es rápido, efectivo, y generalmente tan seguro como otras técnicas de relajación (Young, 2006, apunta que en casos raros, cualquier forma de técnica de relajación puede incrementar la ansiedad, las imágenes intrusivas, o los estados disociativos). Porque el tapping de los acupuntos, cuando se introduce y aplica adecuadamente, es relativamente no-invasivo, incluso si no produce los efectos deseados, el procedimiento como tal no produce daño. Resumiendo sus experiencias como miembro del Comité de Liberación de Traumas con TFT proporcionando servicios de PE post-desastres en Kosovo, Rwanda, El Congo, y Nueva Orleans, Paul Oas observó: “La seguridad, la comida, y el refugio vienen antes de la liberación emocional, pero hasta bajo las más duras circunstancias, tu puedes usar los procedimientos de tapping para calmar a la gente que esté histérica” (P. Oas, personal communication, November 20, 2005).
Intervenciones efectuadas de una a cuatro semanas después de la exposición al Trauma. Después de la fase inicial de shock y desorientación, las intervenciones de salud mental en un período de una a cuatro semanas inmediatas al desastre tienen diferentes objetivos “y emplean diferentes estrategias que responden a lo que típicamente ocurre en los días iniciales posteriores a la exposición al trauma” (Bryant & Litz, 2006). Mientras que el manejo de las reacciones de stress es una preocupación importante, el enfoque cambia para identificar a los individuos que tienen un gran riesgo de problemas crónicos de salud mental y deciden como usar inevitablemente los escasos recursos de salud mental con más efectividad.
Puede no ser posible hacer distinciones precisas acerca de cuales sobrevivientes son vulnerables a desordenes crónicos de salud mental dentro de la primera semana inmediata al desastre. Incluso en el primer mes, los síntomas de Desorden de Stress Agudo (ASD por sus siglas en inglés) no han demostrado indicadores precisos de vulnerabilidad de largo plazo al TEPT. El ASD fue introducido dentro del DSM IV (Asociación Americana Psiquiátrica, 2000) para dar cuenta de los síntomas tales como ansiedad pronunciada o excitación, pensamientos intrusivos o recuerdos repentinos (flashbacks), disociación aguda, evasión marcada, y otras secuelas del trauma que pueden ocurrir entre dos días y cuatro semanas inmediatas a la exposición a un factor extremo de stress (el mismo grupo de síntomas cubre los criterios para el TEPT si persiste por más de un mes). Aunque cubrir los criterios para el ASD es un signo de alto riesgo para el TEPT, los síntomas de ASD se convierten en un mejor predictor si las reacciones disociativas son excluidas del criterio –las personas que cubren todo el criterio con excepción de los síntomas disociativos son todavía altamente vulnerables (Bryant & Litz, 2006). Otros signos de vulnerabilidad temprana después de un evento traumático incluyen depresión, valoraciones catastróficas, incapacidad funcional, y reacciones disociativas con o sin otros síntomas de ASD.
También un poco más complejo de interpretar son los datos sobre cuando debe ser ofrecido un tratamiento intensivo. Cuatro sesiones de CBT fueron dadas a 10 víctimas femeninas de ataques sexuales y no sexuales poco tiempo después de que les sucedió (generalmente dentro de dos semanas) y los resultados fueron comparados con los de sujetos similares quienes recibieron repetidas evaluaciones (Foa, Heast-Ikeda, & Perry, 1995). Los dos meses siguientes al ataque, 70 por ciento del grupo de evaluación cubrió el criterio para TEPT mientras que solo 10 por ciento del grupo de CBT cubrió dicho criterio. En cinco meses, de cualquier forma, no hubo diferencias entre los dos grupos en cuanto a los rangos de TEPT, sugiriendo esto que el CBT aceleró la recuperación relacionada con una remisión natural, pero no pudo prevenir el TEPT a largo plazo. Un estudio subsecuente lidereado por el mismo autor, el cual corrigió por algunos errores de diseño en el estudio original, llegó a la misma conclusión. La mejora inicial acelerada se encontró en los participantes del grupo de CBT comparado con los participantes que solo recibieron consultoría de soporte o evaluaciones, pero a los nueve meses los tres grupos mostraron rangos similares de TEPT. (Foa, Zoellner, & Feeny, 2006).
Otros estudios de sobrevivientes de traumas, de cualquier forma (revisado por Bryant & Litz, 2006), sugieren que sesiones de 4 a 6 horas de CBT aplicadas de dos a cuatro semanas de inmediato al trauma, reduce mucho la incidencia subsecuente de TEPT (por ejemplo, en una investigación bien diseñada, 67 por ciento de un grupo de control con soporte consultivo se encontró el criterio diagnóstico para TEPT en un seguimiento a los seis meses, comparados con solo 20 por ciento en el grupo de CBT). Bryant and Litz advierten, sin embargo, que “no hay estudios sobre CBT en un contexto de violencia masiva” (2006, p. 167). Ellos también hacen notar que si no es posible aplicar CBT dentro de las primeras semanas de un trauma debido a recursos clínicos limitados o demandas excesivas para el sobreviviente del trauma, la terapia de TEPT es todavía probable que sea efectiva en un punto posterior. La psicoterapia activa durante las primeras semanas inmediatas al trauma, particularmente el método que utiliza tratamientos de exposición, puede, de hecho, no estar indicado para individuos que fueron altamente ansiosos previamente al trauma o para aquellos que exhibieron reacciones disociativas severas, como abuso o dependencia severos a sustancias, severos factores de stress en curso, traumas anteriores no resueltos, o amenazas de suicidio importantes (Bryant & Litz, 2006).
Los tratamientos de la PE en las semanas siguientes a un trauma pueden continuar enfocadas en bajar los niveles de ansiedad, en contrarrestar pensamientos e imágenes intrusivos, en la reducción de la excitación a recuerdos previos activados por el trauma, y direccionamiento del afecto que induce distorsiones cognitivas (segundo nivel, Extinción de respuestas condicionadas, p. 3). Mientras que una sola sesión de PE es, de acuerdo con los reportes de los terapeutas, a menudo efectiva para trabajar en este nivel, la opción de seguimiento apropiado o la referencia debe asegurarse con individuos que muestran signos de vulnerabilidad al TEPT crónico u otros desordenes psicológicos.
Una fuerza reportada por la PE en la reducción de síntomas de stress agudo es que puede ser enseñada eficientemente como una técnica de auto-relajación en un entorno de grupo. Los participantes son también capaces de experimentar liberación inmediata sin, como contrasta con el repaso posterior a un incidente (debriefing), tener que revelar a otros miembros del grupo recuerdos o emociones específicos. En una variante, el terapeuta trabaja con un voluntario frente al grupo. Al mismo tiempo, el grupo es instruido para auto-aplicar algunos de los procedimientos que están siendo usados con el voluntario, enfocándose en la ansiedad psicológica del voluntario en lugar de la suya propia. Una reducción de la intensidad emocional de los asuntos de los miembros de la audiencia que ha sido identificada previamente y reportada después por una gran parte del grupo.
Aunque ningún estudio ha sido llevado a cabo sobre el uso de esta técnica en situaciones post-desastre, hay alguna evidencia de su eficacia en una población general. Un diseño de variables subjetivas internas fue utilizado con 102 participantes que asistieron a uno de los dos talleres de 3 días de EFT abiertos al público en general (Rowe, 2005). Los participantes recibieron un checklist estandarizado y bien establecido de síntomas, (la forma corta del Checklist de Síntomas Derogatis) un mes anterior al taller, inmediatamente antes de empezar, inmediatamente después de terminar, un mes después de terminar y seis meses después de terminar el taller. No se encontró diferencia significativa en el resultado final promedio de la prueba un mes antes e inmediatamente antes de iniciar el taller. Al terminar el taller, un decremento altamente significativo (p <.0005) se encontró en la medición global del checklist de ansiedad psicológica igual a nueve sub-escalas, y estas mejoras en los seis meses de seguimiento. Mientras que los mecanismos para tales resultados son todavía desconocidos, los terapeutas describen consistentemente este hallazgo, y reportaron que su aplicación inmediata a algún desastre parece alentadora.
Por ejemplo, aproximadamente un mes después del Huracán Katrina, a Roseanna Ellis, terapeuta de EFT, y a tres de sus colegas, les fue solicitado por el pastor de una pequeña iglesia en Selma, Alabama, para trabajar con su congregación, la cual se convirtió en la anfitriona de un cierto número de sobrevivientes desplazados por el huracán. Antes de extender la invitación, el pastor había experimentado una marcada liberación para síntomas de desgaste profesional por empatía (compassion fatigue) además de algunos retos personales antiguos durante una sola sesión de EFT con Ellis.
La iglesia llevó a cabo un miércoles por la tarde “una noche familiar” y Ellis y su equipo fueron invitados a asistir y presentar EFT. De 30 asistentes, 13 eran de los evacuados; los otros eran miembros regulares de la iglesia. Después de que el pastor dio una breve introducción, explicando el esquema de trabajo para esa tarde, los cuatro terapeutas tomaron cada uno un rol en la presentación. Uno explicó la teoría del stress, otro dio una introducción a EFT, otro, describió su propia historia, y el cuarto mostró los puntos de tapping. Entonces los terapeutas trabajaron con individuos frente al grupo, uno a la vez. En el curso del evento de dos horas, cada terapeuta trabajo con dos o tres personas. Cada sujeto de demostración fue tratado por espacio de entre diez y veinte minutos.
Una mujer de 52 años, por ejemplo, que había tenido que abandonar su hogar, llorando manejó cada una de las siguientes declaraciones y a cada una le dio un rango de 10 en la escala de malestar: “Me siento perdida; me siento desplazada, confundida y desconcentrada; me siento enojada; me siento sola; siento que no tengo un lugar en el mundo entero que yo pueda llamar mi hogar; nadie sabe donde localizarme porque nos han estado moviendo de lugar en lugar”. Al final de los veinte minutos, enfocándose en cada una de estas declaraciones una por una, ella se veía calmada y en control, reportando que su nivel de ansiedad con cada una de ellas estaba ahora en 0 de 10. Ella declaró,”yo tengo al mundo para escoger para mi nuevo hogar... Yo siempre he querido escribir la historia de mi vida y tenía miedo de hacerlo, pero ahora yo estoy lista... yo pude haber muerto como algunos de mis amigos, pero Dios me salvó con un propósito... quizás Katrina fue el fin de mi vida anterior y un renovado principio.”
Otra mujer, que trabajó en una agencia de servicio social, se sintió tan agobiada con el incremento de personas que atendía debido a Katrina que ella rompió a llorar mientras lo describía, diciendo que su nivel de ansiedad estaba arriba de 10. En seis o siete minutos, cuando ella alcanzó el 0 mientras pensaba en sus responsabilidades de trabajo, una sonrisa se dibujó en su cara, y ella gritó, “¡Tráiganmelos, tráiganmelos!”
Por razones que no han sido completamente entendidas, EFT parece ayudar con el dolor y síntomas físicos así como con asuntos psicológicos. Un hombre que trabajó frente al grupo tenía dolor severo en su cadera y sus rodillas, inicialmente el nivel de escala de malestar era de 10. Unos cuantos minutos de tapping logró que su auto-reporte bajara a 5 en sus caderas y 3 en ambas rodillas. Cuando el había terminado, la audiencia comentó que el había caminado fuera del escenario con una velocidad substancialmente mayor y con más facilidad que cuando había entrado.
Antes del trabajo en el escenario con estos individuos, cada miembro de la audiencia identificó un área personal de angustia emocional y la clasificó en el rango de 0 a 10. Ellos pusieron sus propios asuntos de lado mientras las demostraciones fueron conducidas. Pero con cada persona en el escenario, la audiencia se auto-aplicó los mismos procedimientos que estaban siendo usados por la persona en el escenario. Si la persona sobre el escenario estaba haciendo tapping sobre un grupo de acupuntos mientras declaraba, “sintiéndome desplazado”, la audiencia estaba haciendo exactamente el mismo tapping y haciendo exactamente la misma declaración. Conocido como “Compartir Beneficios” (Rowe, 2005), este método está reportado repetidamente para disminuir el nivel de angustia para el asunto inicial identificado por una vasta mayoría de los miembros de la audiencia, incluso si no hay tratamiento que se enfoque específicamente en los asuntos personales que los miembros de la audiencia habían seleccionado antes. Y efectivamente, toda persona de la audiencia en la iglesia indicó al final de la tarde que el nivel de angustia que ellos habían identificado había disminuido cuando ellos se enfocaron otra vez en su asunto original. Describiendo el valor de uso de este método con el grupo de personas que había compartido el mismo trauma, Ellis notó que “Cualquiera puede relatar el shock, dolor profundo, desplazamiento, y miedo a lo desconocido. Entonces ver a otra persona calmada rápidamente los llena de esperanza. Y sentir tus propias emociones aligeradas rápidamente es el principio de la curación” (R. Ellis, en comunicado personal, 2 de diciembre de 2005).
Mientras que este es un método que garantiza investigación, sus paralelos con el repaso posterior a un incidente necesitan ser sopesados cuidadosamente. Los méritos de debriefing pueden haber sido contaminados cuando después de su popularidad inicial, empezó a ser aplicada a poblaciones para las cuales no estaba diseñada, y por terapeutas quienes su entrenamiento y formación en salud mental eran mucho más limitados que aquellos que crearon el método. Los terapeutas de la PE pueden aprender de ésta historia. Entre las directrices que están emergiendo del uso de la PE con grupos está el hecho explícito de que el uso del tapping por la audiencia es voluntario, que los miembros de la audiencia son instruidos en no enfocarse en un asunto que está abrumándolos, que no hay expectativas de que los miembros de la audiencia compartirán el asunto en el cual ellos están enfocados, y que cualquier participante a quien su nivel de angustia no se reduzca o que se incremente durante el tapping de grupo se le de seguimiento con el terapeuta durante la reunión de grupo o lo más pronto posible después de ella.
En cuanto a proveer intervenciones de salud mental con sobrevivientes de desastres, las consideraciones demográficas son pertinentes (Norris & Algería, 2006). Aunque una pequeña evidencia existe basada solamente en el trabajo con sobrevivientes de desastres para guiar a los terapeutas en establecer tratamientos diferenciales para poblaciones específicas, los principios generales para cualquier trabajo clínico con grupos étnicos y culturales diferentes de aquellos en los que el terapeuta normalmente los aplica. Por ejemplo, en culturas donde hay restricciones para que los hombres expresen su angustia emocional, pueden ser un verdadero reto nombrar los asuntos específicos que necesitan mentalizarse activamente durante el tapping. Carl Johnson, señala, de hecho, que el éxito del tratamiento puede a veces “depender del uso de una palabra cultural o personalmente delicada” (comunicado personal, 30 de septiembre de 2005):
Una persona de la etnia Albania que hablaba inglés trajo a mi hotel aun ex-soldado del Ejército de Liberación de Kosovo. El traductor dijo, “Él esta aquí para recibir ayuda con su trauma de guerra.” Yo le expliqué la escala de 0 a 10 y le pedí que me diera un número para la intensidad del trauma. El traductor habló con el hombre y entonces dijo, “No número, ninguno”. Yo pregunté, “¿no esta el aquí porque está sufriendo por un trauma?” El traductor aclaró: “No número, no trauma”.
Yo sentí que mientras que el hombre había venido por ayuda, el estaba actuando de acuerdo al tabú Albano el cuál prohíbe sufrir a los hombres. Yo decidí eludir cualquier mención de su sufrimiento y dije al traductor, “Ok, entonces podría pedirle que sólo piense en el evento traumático.” La respuesta: “No hay evento traumático”. Me di cuenta que por definición, al calificar como traumático un evento, habría tenido que causar un trauma personal, el cual él podría no admitir. Así que yo pregunté si había tenido una experiencia desafiante, un mal momento que lo hubiera abrumado.” A esto el pudo decir “Si.” Así que yo lo había hecho pensar en el mal momento que lo había abrumado. Yo le pregunté si le gustaría mejorar su fuerte cuerpo para estar listo para su siguiente victoria, como si afinara el motor de un magnífico auto de carreras con el que ya ha ganado pero que necesita ser mejorado para ganar otra vez. “Él dijo, estaría bien.” Como el se enfocó en el evento que lo había abrumado, yo usé diagnósticos de TFT para encontrar y tratar sus trastornos energéticos. Finalmente cuando yo no pude encontrar más trastornos en su sistema energético, le pregunté si nada más tenía que hacerse o si la mejora había sido completada. Se veía relajado. Entonces el comentó a través del traductor: “Él quiere que yo le diga que está muy agradecido por curar su trauma.” Una vez que el trauma había sido resuelto, no hubo ya ningún problema para él en utilizar la palabra.
Los equipos de auxilio pueden encontrar muchas variantes de estas cuestiones que son usadas en otras culturas. Incluso explicar la PE en términos respetuosos y congruentes con la visión del mundo y suposiciones de las personas acerca de la curación puede ser problemático. Explicar un método que tiene sus raíces en un paradigma adoptado por la medicina tradicional China ha demostrado, de hecho, ser un reto substancial para los terapeutas occidentales de la PE dentro de su propia cultura. El uso de la PE con niños también requiere ajustes. Los niños responden al menos tan bien como los adultos al tapping para reducir la excitación, de acuerdo a los reportes de los terapeutas, pero el método debe ser enmarcado en un nivel apropiado para la edad del niño, la situación y el nivel de entendimiento.
Intervenciones después del Primer Mes. Raphael and Wooding (2006) describen un corto “período de luna de miel” después del desastre, durante el cual hay una conducta afiliativa, convergencia de soporte, y reconocimiento público de heroísmo y sufrimiento.” Esta fase sin embargo puede, a través del tiempo “hacer una mezcla entre protestas con enojo, desilusión y desmoralización, para luego dar paso a la recuperación progresiva y a la renovación”. (p. 175). Durante el mes de seguimiento inmediato al desastre, “el impacto de la pérdida de vidas humanas, lesiones y destrucción de los recursos físicos y sociales, debe ser definido en su justa medida” (p. 177). Los individuos a quienes pueden estar en la necesidad de tratamientos de largo plazo pueden ser identificados. Son particularmente vulnerables aquellos afligidos, heridos, en quienes los síntomas de stress agudo persistan, quienes estuvieron expuestos más severamente al desastre, aquellos a quienes sus recursos físicos y sociales les han sido destruidos, quienes han sido traumatizados previamente, quienes han tenido enfermedades mentales preexistentes o discapacidades físicas, y aquellos quienes han servido en la respuesta a la emergencia.
Varios estudios citados por Ritchie, Watson, y Friedman (2006) sugieren que CBT es el tratamiento disponible más efectivo para el TEPT, con psicoeducación, reestructuración cognitiva, exposición y técnicas de manejo de la ansiedad tales como el entrenamiento en relajación son los componentes más utilizados. En un estudio que intentó identificar los componentes esenciales del CBT, la exposición prolongada y la terapia cognitiva fueron tan efectivas para prevenir el TEPT como la exposición prolongada y la terapia cognitiva más el manejo de la ansiedad. Cuarenta y cinco civiles sobrevivientes con traumas que mostraron síntomas de ASD fueron asignados aleatoriamente a dos grupos experimentales o a un grupo de control con soporte consultivo. A los seis meses de seguimiento, aproximadamente una quinta parte de cada grupo experimental tenía TEPT, comparado con dos terceras partes en el grupo de control con soporte consultivo. Ganancias del tratamiento de ambos grupos experimentales perduraron durante cuatro años de seguimiento (Bryant, Moulds, y Nixon, 2003).
Como con el CBT, la psicología energética utiliza reestructuración cognitiva en conjunto con sus métodos de exposición. Mollon, de hecho, afirma que la PE no es una alternativa para el CBT, sino un “componente adicional crucial que mejora grandemente su eficacia,” proporcionando medios más efectivos para “la regulación del afecto, desensibilización y trastorno de patrones” (2008, p. 619). Valoraciones pesimistas, estrategias de evasión y creencias auto-limitantes acerca de uno mismo, del mundo y del futuro –todas las consecuencias comunes de eventos traumáticos- son susceptibles de reestructura cuando el afecto disparado por los recuerdos traumáticos y las situaciones análogas anticipadas es reducido significativamente. En suma, un protocolo de tapping para “la neutralización de las creencias negativas centrales y para la instalación de unas nuevas positivas” (Gallo, 2004, p. 181) ha sido encontrado por los terapeutas de PE como efectiva. Ya sea que enfocándose en un recuerdo traumático que está atado a cogniciones de desadaptación o direccionamiento de creencias que contribuye al pesimismo y a la desesperanza, reduciendo la excitación y la reestructura cognitiva son homólogos naturales de un estudio de PE.
Aquellos que trabajaron con los sobrevivientes de Kosovo, Rwanda, El Congo y Sudáfrica descritos en la tabla 1 afirman que el decrecimiento de la excitación debida a los más horribles recuerdos de sobrevivientes civiles de la guerra y de la limpieza étnica produjo mejoras globales en las habilidades de las personas para funcionar. Mientras que la única información de resultado sistemático disponible de estas intervenciones está basada en las impresiones de los terapeutas que continuaron los cuidados médicos para aproximadamente tres cuartas partes de los 105 primeras personas que recibieron TFT en Kosovo, más la investigación informal del Presidente Médico de Kosovo, estas investigaciones son alentadoras. Cuestionado sobre cómo es que él determina si el tratamiento para un evento traumático ha sido exitoso, Carl Johnson comentó: “Ha sido exitoso cuando no existe sufrimiento o angustia cuando el evento es recordado. Pero al mismo tiempo, no hay reducción en la sensibilidad, distorsión de valores, o impedimento en la habilidad para amar. La memoria es retenida, pero no es más un letrero de neón. Todavía hay una conciencia del horror del evento, pero no está ya más en control del alma de la persona. Donde el recuerdo ha controlado a la persona, ahora la persona tiene el control del recuerdo."
Otros reportes de tratamientos breves de PE inmediatos a terribles eventos corroboran la viabilidad de una estrategia cuyo enfoque es reducir rápidamente la hiperexcitación asociada con recuerdos traumáticos, cavilaciones molestas, y valoraciones negativas. Por ejemplo, un equipo de doce terapeutas de TFT de ocho estados fueron invitados por tres organizaciones médicas y de servicio social en Nueva Orleans para proporcionar tratamiento y entrenamiento a su personal los cuatro meses posteriores al Huracán Katrina (H. Ayers, en un comunicado personal, Enero 30 de 2006). Estas personas del equipo médico y de servicio social fueron inevitablemente, tanto víctimas como ayudantes en el desastre, y la estrategia tomada fue para hacer su tratamiento como parte de su entrenamiento. Un total de 161 participantes recibieron tratamiento y entrenamiento en seis sitios diferentes, con el número más grande en una tienda de campaña en la “unidad MASH” del Hospital de Caridad en el Centro de Convenciones de Nueva Orleáns. Se obtuvieron evaluaciones escritas de 87 de los participantes. De estos, 86 declararon que ellos experimentaron cambios positivos y/o la eliminación de los problemas que ellos estaban experimentado en ese momento. Los datos compilados por Caroline Sakai sobre los 22 participantes que ella trató mostraron que sus quejas presentes incluida ira, ansiedad, depresión, comer para no sentir, frustración, culpa del sobreviviente, lesiones, pérdida, pérdida de control, necesidad de mejorar el desempeño, agobio, pánico, dolor físico, resentimiento, tristeza, pena, stress, traumatización, y preocupación. A cada área problema le fue dado un valor de 0 a 10 en la escala de malestar (SUD). Antes del tratamiento, el resultado promedio (media) para las 51 áreas problema descritas por los 22 clientes era de 8.14. Después del tratamiento, generalmente consistente en una sesión individual de menos de 15 minutos (el cual siguió una orientación de grupo de media hora), había bajado a 0.76.
Traducido por Marco Rivas - Escribir a Marco - Ir a su sitio Web
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