Uso de la psicología energética (PE) para proporcionar Auxilio en Desastres
Parte 2
David Feinstein, Ph.D.
Johnson, quien obtuvo status diplomático con el Staff de Directores de Profesionales de la Psicología, reconoce que dichas cifras se incrementan aún bajo su propio escepticismo. Mientras reconoce que “un estudio bien controlado es esencial antes de que los resultados puedan ser aceptados”, él afirma que la precisión de las cifras reflejan sus experiencias y que él “los registró de acuerdo a como sucedieron exactamente”. Después de entrevistar a Johnson, el autor de este documento entrevistó a varios terapeutas quienes trabajaron en esos equipos, y sus reportes corroboran lo dicho por Johnson. Johnson enfatiza que la reducción del impacto de los recuerdos traumáticos con PE que se refleja en las cifras anteriores, no es el final de la jornada de sanación de las personas. “A menudo”, de cualquier manera, “es un nuevo principio”, proporcionando a las personas una oportunidad de reconstruir sus vidas sin el peso emocional opresivo de su traumatización. Al final, Johnson toma con gran cuidado la integración del tratamiento de la PE en el contexto de los valores de la cultura local, estructura social, relaciones familiares, y tradiciones de salud para darle soporte continuo a la salud y seguimiento.
Además de estar corroborado mediante entrevistas con terapeutas que trabajaron con Johnson en Kosovo y en África, los reportes del propio Johnson también son consistentes con lo que otros trabajadores de desastres describen. Los clínicos de una amplia gama de formaciones están reportando que los tratamientos con PE pueden rápidamente limpiar muchas emociones abrumadoras relacionadas con recuerdos traumáticos. Por ejemplo, 29 refugiados e inmigrantes de bajos ingresos viviendo en los Estados Unidos quienes fueron diagnosticados con síntomas de TEPT basados en los resultados en el punto límite del Checklist-C Postraumático (PCL-C por sus siglas en inglés) fueron reportados significativamente menos evasivos, con menos pensamientos molestos, y con menos hipervigilancia
(p <.05 para cada lectura) después de entre una y tres sesiones de TFT (Folkes, 2002).
Los reportes que ha enviado el Comité de la Asociación para la Liberación de Traumas de la Asociación para la Fundación de TFT, son particularmente dolorosos, acerca de su trabajo en el orfanato El Shadai en Rwanda. Muchos de los niños han visto morir a sus padres asesinados con machetes durante la limpieza étnica los últimos 12 años o revivieron los horrores de la masacre de 800,000 Rwandanos. Diariamente los recuerdos recurrentes y las pesadillas eran comunes, así como también lo eran orinar la cama, la depresión, retraimiento, soledad, dificultad para concentrarse, pesimismo y agresión. Las pruebas de pre y post-tratamiento estandarizadas para TEPT (Traducidas al Kinyarwandan) [N.T. = Lenguaje utilizado en Rwanda] fueron aplicadas a 50 de estos niños (27 niños y 23 niñas) en edades de 13 a 18 años, y una herramienta de valoración para padres y guardianes de niños con TEPT fue administrada a sus cuidadores. El tratamiento, proporcionado entre abril y mayo de 2006, generalmente manejó tres sesiones de TFT de aproximadamente 20 minutos cada una. Las pruebas fueron estructuradas basándose en el criterio DSM IV para TEPT. Los resultados promedio de los síntomas, basados en ambas pruebas, tanto las aplicadas a los niños como a las de los cuidadores, de las observaciones a los niños, excedieron substancialmente los puntos límite para un diagnóstico de TEPT. Inmediatamente las reducciones en los recuerdos recurrentes, las pesadillas, y otros síntomas se volvieron comunes. Al rehacer las pruebas un año después, se mostró que las mejorías, se mantuvieron. Los detalles encontrados están siendo preparados para su publicación (C. Sakai, en un comunicado personal, Marzo 7 de 2008).
Lynn Garland, una trabajadora social en el Sistema de Cuidado a Veteranos en Boston, reporta que ella, junto con numerosos colegas usan PE en la Administración de Veteranos, y que están obteniendo “resultados dramáticos en la liberación tanto de síntomas agudos como crónicos del combate de traumas” (Feinstein, Eden, & Craig, 2005, p. 17). Miembros del Comité de Liberación de Traumas con TFT han utilizado TFT mientras proporcionan servicios de respuesta a desastres en más de una docena de países, con fuertes resultados, consistentes con los de la Tabla 1, siendo reportados (N. Gairdner, en un comunicado personal, Noviembre 30 de 2005). El Comité Humanitario de la Asociación para la Psicología Energética Intergral (ACEP por sus siglas en inglés) reporta observaciones correspondientes, basadas en este trabajo con 300 víctimas del tsunami en el Sureste de Asia (J. Hartung, en comunicado personal, Enero 14, 2006). Aunque no fue llevado a cabo un seguimiento sistemático, el grupo ACEP - utilizando TFT, EFT, y TAT— describe fuertes y rápidas respuestas a las repercusiones psicológicas del desastre, incluyendo alivio a la ansiedad, a la depresión, a la ira y al dolor psicológico, así como solución exitosa de recuerdos traumáticos previos provocados por la experiencia del tsunami.
El TAT también fue utilizado luego de los terremotos de 2006 en Indonesia, aplicados por trabajadores de auxilio locales quienes fueron instruidos en seminarios en el protocolo del método de liberación en desastres. Amplios reportes de liberación rápida guiaron a más de 6,000 adultos y niños para recibir tratamiento de forma individual y en un entorno de grupo. TAT también ha sido utilizado para dar seguimiento a otros desastres naturales. Ignacio Jarero, Presidente de la Asociación Mexicana de Terapia de Crisis, reporta (en el sitio web de TAT) el uso de TAT con 1,652 niños después de desastres naturales en México, Nicaragua, Colombia y Venezuela, y su uso adjunto para entrenar a 642 personas de servicio de línea frontal en esos países. Él estipula, “los niños y adultos reportan reducciones significativas en la escala de malestar a la finalización del protocolo... TAT es nuestra técnica favorita para disminuir la angustia porque es fácil de enseñar y de aplicar”.
La Cruz Verde (Programa de asistencia humanitaria de la Academia de Traumatología), la cual despliega consejeros para las áreas de desastres con el objetivo de aliviar las consecuencias psicológicas del trauma, está incrementando el uso de los métodos de la PE. El programa, fundado en 1995 en respuesta a los bombazos de Oklahoma City, ha trabajado muy de cerca recientemente, con el Comité de Liberación de Traumas con TFT y el Comité Humanitario de la ACEP para expandir el número de trabajadores de auxilio disponibles, entrenados en métodos de la PE. De acuerdo al fundador de la Cruz Verde, Charles Figley, quien también ha servido como director del Comité del departamento de Asuntos de Veteranos que primero identificó al TEPT: “La psicología energética está probando rápidamente por sí misma ser una de las intervenciones psicológicas más poderosas disponibles para los trabajadores de auxilio emocional para ayudar tanto a los sobrevivientes como a los propios trabajadores. (C. Figley, en comunicado personal, Diciembre 10 de 2005).
Un marco de trabajo para Aplicaciones Post-Desastre de la psicología energética
Una trascendental conferencia internacional, organizada con la intención de desarrollar un consenso general sobre las mejores prácticas en las primeras intervenciones psicológicas usadas después de situaciones de violencia masiva, fue llevada a cabo seis semanas después de los bombazos en la ciudad de Nueva York el 11 de septiembre de 2001 (aunque pudo haberse agendado mucho tiempo antes de esta fecha). Una antología que reporta ampliamente el trabajo iniciado por la conferencia (Ritchie, Watson & Friedman, 2006) proporciona consenso y guía basada en evidencia para los trabajadores de salud mental en cuanto a como proceder en la estela de situaciones de violencia masiva y otros desastres. Estos reportes fueron usados en la formulación de guías clínicas para aplicar PE en las secuelas de desastres naturales y en los provocados por el hombre. En contexto, también considera las Guías de Salud Mental y Soporte Psicosocial en Situaciones de Emergencia del Comité Permanente Intra-Agencia de las Naciones Unidas, un recurso que goza de amplio respeto que incluye 25 “hojas de acciones” sobre como implementar una respuesta coordinada de la comunidad para las necesidades de salud mental en medio de situaciones de emergencia.
¿A quién Tratar? Aproximadamente el 95% de las personas expuestas a un evento traumático experimentará angustia psicológica post-traumática (Ritchie, Watson, & Friedman, 2006), y una revisión de 160 estudios de sobrevivientes de desastres sugiere que un tercio desarrollará desordenes psiquiátricos crónicos clínicamente significativos (Norris, Friedman, & Watson, 2002). Estima el número de los que desarrollarán TEPT u otros desordenes persistirán por más de un año después del evento traumático en un rango del 11 al 15% (Young, 2006) a 30% (Ritchie, Watson, & Friedman, 2006). Una posible fuente de estas diferencias es que la proporción de sobrevivientes de terrorismo quienes experimentaron angustia psicológica clínicamente significativa aparenta ser considerablemente más alta que la de los sobrevivientes de desastres naturales. Para refugiados, quienes además de encarar el desplazamiento del trauma, la proporción que desarrolla TEPT se estima de un 30 a 50% (Kluft, Bloom, & Kinzie, 2000).
Los estudios existentes muestran que la mayoría de la gente expuesta a eventos altamente traumáticos experimentan síntomas de stress postraumático o reacciones incapacitantes breves, con algunos de ellos siendo lanzados a un estado inicial de un desorden psiquiátrico crónico y potencialmente incapacitante. Pero nosotros no tenemos actualmente modelos confiables para distinguir “individuos vulnerables de los que no lo son inmediatamente después de un ataque terrorista, muertes masivas, o desastres naturales” (Richie, Watson, & Friedman, 2006, p. 9). No hay evidencia que sugiera que activar la psicoterapia inmediatamente después de un desastre beneficiaria a cualquier grupo. Otros numerosos tipos de primeras intervenciones de salud mental, de cualquier forma, han sido ya desarrolladas.
Tipos de Intervenciones. Los modelos de primera intervención inmediatos a situaciones de violencia o de desastre se han desarrollado en respuesta a situaciones o poblaciones especiales, tales como soldados en combate, ocupaciones de alto riesgo (como policías, bomberos y personal de emergencias médicas) supervivientes de violaciones, supervivientes de accidentes y asaltos, y comunidades enteras que han sufrido desastres (Ruzek, 2006). La psiquiatría de combate, por ejemplo, ha estado evolucionando desde la Primera Guerra Mundial y está orientada hacia la reducción de la angustia psicológica, logrando que el personal regrese al campo de batalla. Los principios que han perdurado (conocidos por el acrónimo PIES por sus siglas en inglés) incluyen 1) proximidad – administrar el tratamiento cercano al evento traumático, 2) inmediatez – administrar el tratamiento tan pronto como sea posible después de los síntomas iniciales, 3) expectación – aceptar que una reacción a la crisis es normal y es de esperarse un rápido retorno a la unidad, y 4) simplicidad – mantener las intervenciones fáciles de llevar a cabo y de entenderlas. El principio pragmático de hacer que los soldados regresen al campo de batalla está bien establecido, pero la efectividad de PIES en reducir el daño de largo plazo del trauma ha recibido poco examen empírico.
De hecho, algunas intervenciones psicológicas efectuadas de inmediato a desastres, tales como CISD (Critical Incident Stress Debriefing) Repaso Posterior a un Incidente de Stress Crítico, han tenido efectos negativos no anticipados (Litz, Gray, Bryant, & Adler, 2002). El repaso posterior (Debriefing) no previene a individuos vulnerables de un posterior desarrollo de TEPT, ni de reacciones de stress normales patologizadas inadvertidamente, y algunas veces interferidas por los mecanismos naturales de afrontamiento de las personas. Algunos individuos se sienten mejor al pasar por un periodo de negación; así ellos pueden descansar y recuperarse emocionalmente antes de intentar un proceso con un trauma severo. Las primeras intervenciones pueden abrir traumas no resueltos previamente durante un periodo en el que el individuo está menos capaz de reconsolidarlos. Algunas intervenciones iniciales también han presionado a los individuos a quienes no les es fácil revelar información personal y compartirla de forma que ellos han tenido consecuencias negativas tanto en su autoestima como en sus relaciones personales actuales con sus compañeros de trabajo quienes pueden verse envueltos en estas revelaciones. Con los efectos negativos no anticipados de la CISD a menudo siendo citados, las psicoterapias activas que provocan procesamiento emocional o requieren de narraciones detalladas del trauma, no son generalmente recomendadas inmediatamente a que haya sucedido un desastre. Ritchie, Watson, and Friedman (2006), en este caso, debe tenerse cuidado en contra de aplicar terapias a quienes el mensaje no intencionado es patologizar la angustia postraumática normal y transitoria, mientras interfiere con los mecanismos de afrontamiento innatos de las personas.
La Terapia de la Conducta Cognitiva y el EMDR son solo algunos de los tratamientos para el TEPT basados en evidencia más ampliamente reconocidos (American Psychiatric Association, 2004; Britain’s National Institute for Clinical Excellence, 2005). Mientras que la eficacia de CBT usado inmediatamente a que han sucedido los traumas está bien establecida, no existe un estudio sobre su uso en sobrevivientes de desastres, y las recomendaciones acerca de su uso inmediato al desastre se ofrecen con cautela. Young, en este caso, sugiere que “el uso sutil, soportado y juicioso de técnicas de reencuadre cognitivo pueden servir como un esfuerzo preliminar para ayudar a contrarrestar los efectos potenciales negativos de las distorsiones cognitivas” (2006, pp. 114 – 115). Ritchie, Watson, y Friedman aconsejan que “las intervenciones cognitivas enfocadas mejor pueden ser iniciadas cuando menos varias semanas y posiblemente meses después del trauma para aquellos individuos que todavía experimentan síntomas significativos” (2006, p. 10).
Aunque EMDR ha demostrado eficacia con TEPT inmediato a desastres, tales como el terremoto de 1999 en Marmara, Turquía (Konuk, Knipe, Eke, Yuksek, Yurtsever, & Ostep, 2006), generalmente no se aplica inmediatamente después de un desastre. Las cuestiones relacionadas con la retraumatización del cliente han sido una clave en el uso de EMDR, y un número cada vez mayor de terapeutas de EMDR, están incorporando a la PE en su trabajo con individuos traumatizados, encontrando que los métodos de la PE “ayudan al cliente para procesar el trama más eficientemente” (Hartung & Galvin, 2003, p. xix).
Aunque los ingredientes activos en la eficacia demostrada de EMDR son materia de debate (Bryant & Litz, 2006), los métodos de exposición son componentes clave del EMDR y de CBT, como lo son en la PE. Los terapeutas de la PE tienen varias opciones para modular la exposición. Mientras que la PE no utiliza la exposición imaginaria ni el contacto in vivo, el nivel de angustia provocado por la exposición imaginaria puede ser reducido haciendo que el cliente “vea” la escena a través del lado equivocado de los binoculares, mediante el uso de “frases recordatorias” en lugar de la imaginación, y mediante la “técnica del trauma sin lágrimas” (tearless trauma technique) en la cual el cliente esta pensando si le gustaría “pensar” acerca de la situación (Feinstein, Eden, & Craig, 2006). Todo parece responder al tapping. De las entrevistas llevadas a cabo para este documento, varios de los terapeutas de la PE han recibido entrenamiento en EMDR también. Sus comentarios sugirieron que 1) la PE proporciona gran flexibilidad en el rango de las cuestiones para las que puede ser dirigido, 2) sus métodos pueden ser más fácilmente regulados por el terapeuta para permitir un mejor ritmo de tratamiento con el cliente, y 3) esta gran flexibilidad y modulación reduce en gran medida las oportunidades de una retraumatización o de una abreacción que a menudo son experimentadas con el uso de EMDR.
Hallazgos Contraintuitivos. Varios aspectos contraintuitivos de intervenciones iniciales han sido identificados. Levine (1997) ha mostrado que las personas (así como los animales) quienes se sacuden y se agitan después de un trauma son menos propensos a desarrollar síntomas de TEPT, así que abrazar y tranquilizar de forma invasiva a una persona que se está sacudiendo podría en realidad interferir con la recuperación. En el repaso posterior (debriefing) – donde los sobrevivientes de traumas comparten, dentro de un contexto con soporte profesional, sus experiencias, pensamientos y reacciones emocionales con colegas y amigos quienes estuvieron envueltos en el mismo trauma -parecería que hacen un gran acuerdo de sentido intrínseco. Hasta ahora, existe fuerte evidencia que muestra que puede interferir con las estrategias naturales de afrontamiento en gente en recuperación e incrementar en lugar de prevenir la incidencia de TEPT en individuos vulnerables. Ruzek (2006) discute varias suposiciones en el núcleo de varios modelos de intervención que deberían ser examinados en lugar de aceptarse sin crítica alguna.
En este caso, la pronta intervención de la educación en salud mental a menudo intenta “normalizar” reacciones agudas de stress. Esto valida la recuperación natural de los sobrevivientes y les ayuda a entender que sus respuestas son normales y transitorias en lugar de mostrar signos de debilidad personal o de enfermedad mental. Sirve a los individuos para quienes los síntomas de angustia agudos serán transitorios, y podría ser terapéutico dado que muchos individuos afectados se tornan altamente sugestivos inmediatamente después del trauma. Pero también podría crear consecuencias negativas para los supervivientes en quienes los síntomas persisten. Los estudios realizados a sobrevivientes de violencia masiva, de hecho, muestran altos porcentajes en el endurecimiento de los problemas, así que sobreenfatizan el hecho de que la mayoría de las reacciones agudas de stress inmediatas al trauma serán disipadas espontáneamente en el transcurso del tiempo y pueden estigmatizar a la gente que necesita tratamiento y en última instancia evitar que lo reciban. Otro supuesto, el cual rastrea el seguimiento de la Psiquiatría de Combate, es que es importante para los especialistas de salud mental intervenir activamente tan pronto como sea posible después del trauma. Varios resultados estudian, de cualquier forma, el acompañamiento de las preocupaciones acerca de las reacciones normales patologizadoras, dándole “razon a la cuestión de si la pronta intervención resultará en un mejor cuidado” (Ruzek, 2006, p. 20). Los supuestos de sentido común acerca de trabajar con sobrevivientes de desastres algunas veces han sido refutado por la observación clínica, y los supuestos de trabajo más viables que son de 24 horas después de un desastre pueden ser substancialmente diferentes de los supuestos de trabajo más viables que son de 3 semanas después.
Las aplicaciones de la PE inmediatas a desastres deben ser calibradas a las necesidades únicas y a las restricciones de cada individuo y al entendimiento de los tipos de intervención que son apropiados en varios períodos de tiempo después del desastre. Ritchie, Watson, y Friedman (2006) incluyen capítulos de discusión de los principios para las respuestas inmediatas al desastre (Ruzek, 2006; Ørner, Kent, Pfefferbaum, Raphael, & Watson, 2006; Young, 2006), intervenciones de una a cuatro semanas después de un trauma (Bryant & Litz, 2006), e intervenciones de largo plazo (Raphael & Wooding, 2006).
Respuesta Inmediata a Desastres. Más allá de la atención a las necesidades básicas tales como seguridad, comida, refugio, y problemas médicos inmediatamente después del desastre, los primeros auxilios psicológicos están definidos como “el uso de intervenciones orientadas pragmáticamente durante la fase de impacto inmediato... a individuos que han experimentado reacciones agudas de stress o que están en riesgo de poder recobrar suficiente equilibrio emocional por sí mismos, con el intento de ayuda de afrontamiento adaptativo y la resolución de problemas" (Young, 2006, p. 134). Los primeros auxilios psicológicos son como tienen que ser administrados dentro del contexto de una respuesta a una gran emergencia que incluye evaluaciones del nivel de la comunidad y respuestas para las necesidades de la salud mental y la salud pública. Mientras que los primeros auxilios psicológicos inmediatos a desastres no han sido probados empíricamente, están compuestos de intervenciones defendibles y son “consideradas ‘seguras’ porque no se enfocan en el proceso emocional o las narrativas detalladas de los traumas, no tienen que ser ‘obligatorias’ y solo deberían ser usadas” con individuos que exhiben reacciones de angustia aguda extrema o notables factores de riesgo asociados con resultados de salud mental post-desastre adversos (Young, 2006, p. 135).
Después de establecer condiciones seguras y proporcionar soporte básico e información de salud mental relevante del desastre, las primeras respuestas de salud mental involucran:
1) intervenciones dirigidas específicamente a factores de stress traumáticos
2) intervenciones que reducen la excitación
3) dirigir a los sobrevivientes hacia los recursos adicionales a través de la solución de problemas y referirlos
Los factores de stress específicos pueden incluir la violenta e inesperada muerte de un ser querido, ser testigo de lesiones grotescas y de muerte, y la pérdida de recursos críticos, junto con imágenes intrusivas en curso y distorsiones cognitivas que incrementan la angustia y mantienen un sentido exagerado de amenaza. Las intervenciones para la reducción de la excitación pueden incluir educación acerca de las reacciones al stress, técnicas de manejo de stress, y recursos; técnicas de relajación; técnicas de reencuadre cognitivo para contrarrestar los efectos negativos potenciales de las distorsiones cognitivas; e intervenciones psico-farmacológicas (Young, 2006).
La PE es aplicable en numerosos puntos dentro de este marco de trabajo, con fuerzas particulares, de acuerdo a sus terapeutas, en las áreas de reducción de la excitación, dominar los recuerdos intrusivos, manejo de stress, y reestructuración cognitiva. Los terapeutas de la PE que han experimentado proporcionando respuestas inmediatas a desastres tienden, de cualquier forma, a ser menos conservadores que Young (y la literatura en general) en términos de las restricciones sugeridas en el procesamiento emocional y provocar narrativas detalladas de los traumas. Tales precauciones se han vuelto destacadas dentro de las estrategias de salud mental en desastres desde que el impacto negativo del debriefing ha sido completamente reconocido. Las intervenciones de la PE, de cualquier forma, incorporan estrategias que los terapeutas están informando que mitigan estos asuntos.
Jim McAninch, del equipo de Manejo de Incidentes Críticos de Stress de la Ciudad de Pittsburg, (CISM por sus siglas en inglés), a menudo está en la escena dentro de las primeras horas inmediatas a accidentes que involucran decesos. La prioridad del equipo CISM incluye facilitar “un proceso normal de recuperación de personas teniendo reacciones normales, saludables a eventos anormales”. Como en la mayoría de los programas de respuesta a desastre de las comunidades, el equipo de McAninch está explícitamente obligado a no proporcionar psicoterapia o sustitutos de ella, aunque está estipulado en sus metas incluir objetivos terapéuticos y esto caería dentro de los parámetros de los primeros auxilios psicológicos y otras intervenciones tempranas de salud mental. El supervisor administrativo de McAninch estaba muy escéptico al principio sobre la utilización de la PE como parte de la respuesta a desastres del CISM. De cualquier forma, han sido registrados suficientes casos en los que TFT fue juzgado de haber traído resultados rápidos y sorprendentes para facilitar la recuperación emocional de los sobrevivientes de eventos que involucran decesos en los que le han pedido a McAninch que imparta entrenamiento sobre TFT para todo el equipo CISM de Pittsburg.
McAninch típicamente tiene eso de quienes estuvieron directamente involucrados en el recuento (narración) de un accidente o repaso mental de lo que ellos presenciaron, algunas veces uno por uno y otras con otros testigos y sobrevivientes. Mientras se enfoca en recuerdos o sentimientos difíciles, la persona está haciendo simultáneamente tapping en acupuntos que se supone reducen la excitación. Adicional al procesamiento de eventos recientes, McAninch observa que, con las muertes accidentales y las lesiones manejadas por su equipo, los traumas no resueltos del pasado de los sobrevivientes a menudo se activaban. Tratando eso, otra vez mediante la estimulación de acupuntos mientras la memoria está activamente comprometida, ayuda con el incidente traumático presente, en la experiencia de McAninch, es más fácil y rápidamente resuelto (J. McAninch, en un comunicado personal, 5 de mayo de 2007).
Este uso de una técnica disponible fácilmente que rápidamente hace decrecer la excitación es una diferencia crítica entre la PE y el repaso posterior a un incidente (debriefing) u otras intervenciones que pueden pedir a la persona narrar un trauma apenas unos días después de que ocurrió. Sophia Cayer, una terapeuta de EFT quién trabajó en las evacuaciones en Alabama después del paso del Huracán Katrina explica: “La diferencia es que con EFT, aunque se lleve a cabo una sola sesión, no se deja a la persona abandonada a su suerte. No es una cuestión de solo calmarlos y luego dejarlos ir. Ellos están siendo dotados de poderosas herramientas para ser usadas regularmente y que les permiten moverse a través de la crisis y más allá” (S. Cayer, en un comunicado personal, 1 de Diciembre de 2005).
Por ejemplo, Barbara Smith, una especialista en traumas quién trabaja para una agencia gubernamental en Nueva Zelanda, a menudo toma el reporte oficial de una persona quien ha sido recientemente traumatizada (Carrington, 2005). Ella necesita que la gente que ella entrevista le narre sus traumáticas experiencias a detalle para llenar los papeles de trabajo. Ya que algunos de ellos todavía se encuentran en shock profundo por el reciente accidente o por un trauma que ha sido reactivado, y muchas re-experiencias del horror y el agobio del evento traumático al hablar de ellas, puede tomar hasta cuatro sesiones completar un solo reporte. E incluso entonces, los reportes pueden no ser claros o coherentes. Por la simple introducción de tapping y haciendo que sus clientes lo hagan constantemente en acupuntos específicos mientras narran sus experiencias dolorosas, Smith ha encontrado que “el tiempo que toma colectar la información crucial se reduce en menos de la mitad [y] los reportes por sí mismos son más coherentes y precisos”. Ella agrega que el lado benéfico es que, estas víctimas de trauma “aprenden como calmarse a sí mismos desde la primera sesión” (Carrington, 2005).
Traducido por Marco Rivas - Escribir a Marco - Ir a su sitio Web
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